El Estudio en las Vacaciones

chino bravo
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Existe un acuerdo generalizado a la hora de admitir que los niños deben mantener en vacaciones sus hábitos de estudio. Según expertos, los estudiantes pierden durante el verano una media de 2,6 meses de nivel de grado equivalente en cálculo matemático y otros dos meses en su capacidad de lectura, algo que se puede evitar si se realizan tareas vacacionales.


En los meses de julio
Eso sí, al igual que los mayores, los niños también necesitan desconectar al menos durante un par de semanas. Y para ello, los expertos recomiendan actividades lúdico-educativas que permitan salir de la rutina. Es conveniente ir escalando la intensidad de las tareas, de modo que a principios de julio los niños gocen de libertad total o vayan a campamentos lúdicos, y a medida que avance el mes de agosto vayan incrementando el tiempo dedicado a las tareas.

Para ello, la figura de los padres será fundamental. Primeramente, para gozar de una buena planificación temporal. Con esto se consiguen dos cosas: que la merecida desconexión al principio sea total y que el retorno a la escuela no sea traumático.

Desconexión sí, pero...
En cuanto al tiempo medio que se debe dedicar a las tareas oscila entre una y dos horas al día, de lunes a jueves o a viernes, dependiendo de las necesidades y destreza del niño. Y lo ideal es que se haga después de desayunar. Es el momento del día en el que están más descansados y el calor es menos intenso. Así los niños tendrán la sensación que, una vez hechas las tareas, les queda todo el día por delante para disfrutar.

Asimismo, lo idóneo es concentrar los días de estudio de lunes a jueves y dejar los otros tres días de descanso, para que los niños tengan la sensación de tener  un fin de semana muy largo por delante.  Así desconectarán y el lunes afrontarán mejor sus tareas.

¿Y cuántas horas deben dedicar al 'estudio'?
Sin duda, dependerá de cada caso, de si es un mero repaso o necesitan recuperar alguna asignatura. De todas formas, tus hijos no han de ver este tiempo de estudio como un castigo, sino como una oportunidad.

Respecto a las tareas, los expertos recomiendan reforzar las matemáticas y la lectura-ortografía, combinadas con deporte y manualidades; y limitar el “acceso a pantallas” como móviles, tablets y ordenadores.

¿Qué libros utilizar?
No tiene mucho sentido que los niños repasen lo ya aprendido durante el curso con los mismos materiales escolares. No sólo se aburren, sino que acaban saturados de tanto repetir los mismos ejercicios. Lo ideal es que, lo primero afiancen conocimientos y no olviden lo que ya han aprendido durante todo el curso. Y para ello, nada mejor los cuadernos de vacaciones.

Además, tenemos la oportunidad de hacer despertar su curiosidad con nuevos temas,  y para ello nada mejor que echar un ojo a los libros de texto del próximo curso. Puede ser muy ventajoso para los padres a la hora de plantear ejercicios que tengan utilidad real y efectiva en su formación.

Por supuesto no se trata de realizar paso a paso el temario que van a realizar a partir de septiembre, pero sí ojear cuáles son los contenidos más interesantes y atractivos, y fomentar su curiosidad con tareas que les permitan encarar el futuro curso con mayores perspectivas de éxito al mismo tiempo que, no lo olvidemos, disfrutan de sus merecidas vacaciones. ¡Todo es compatible!

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