Ayudalo Con El Miedo A La Oscuridad

chino bravo
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Para que un niño duerma bien hay dos cuestiones clave: que se sienta seguro y que las circunstancias que están cuando concilia el sueño (almohada, muñeco favorito, luz...) sigan ahí si se despierta.

Es cierto que algunos artículos científicos indican que la luz mientras dormimos puede alterar la secreción de melatonina

(hormona que favorece el descanso). Pero cuando un niño tiene miedo, es más importante darle la seguridad que necesita para dormir. Y si la luz se la da, es mejor no retirarla en toda la noche.

Una buena solución puede ser comprar una lucecita suave, un quitamiedos de los que se conectan en los enchufes. Puedes proponerle ir a comprarla juntos y que él elija la luz amiga que le va a acompañar durante su sueño. El miedo a la oscuridad (como a los ruidos fuertes o a los animales) es habitual entre los 2 y los 5 años y suele asociarse a otros temores como el miedo a la separación, a seres imaginados y malvados... Puede deberse a varias razones: que el niño relacione la oscuridad con las pesadillas (que desaparecen al dar la luz, cuando mamá va a consolarle) o que piense que las cosas malas suceden siempre en la oscuridad (pues así ocurre en muchas películas).


Consejos prácticos para evitar los miedos
Revisa la decoración del cuarto. Los muñecos o dibujos pueden cambiar de aspecto sin luz.
Haz siempre el mismo ritual presueño. Elige cuentos sencillos que no le hagan pensar mucho.
Por el día, plantéale juegos a oscuras. Al principio, acompáñale todo el rato. Luego vete retirando, alabándole cuando sea capaz de estar a oscuras. Podéis jugar a la gallinita ciega o a la bella durmiente: el niño acostado espera tu llegada. Le das un beso y, entonces, se despierta y enciendes la luz.

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