¡A GATEAR!

chino bravo
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Lo más importante para que tu hijo empiece a gatear es, siempre, dejarle en el suelo. Los accesorios como hamacas y andadores, en muchas ocasiones, no harán sino impedir que el niño se mueva con naturalidad.

Falta de espacio

Muchos padres dicen que su bebé no quiere gatear, solo andar. Suele ser consecuencia de la falta de espacio. Para que gatear sea estimulante, el niño ha de poder explorar lugares, no es nada interesante dar vueltas en el parquecito. Ocurre también si lo dejamos en una habitación pequeña o con muchos obstáculos: no hay sitio. Hay que buscar espacios amplios donde pueda perfeccionar el gateo, como por ejemplo un parque de césped. Porque si no se siente cómodo gateando, puede intentar pasar a lo siguiente, y saltarse etapas no reporta ningún beneficio.

Gatear es importante, pero no imprescindible

Trini Cosano, logopeda y psicóloga, reconoce que a su consulta llegan cada día más niños de entre 12 y 18 meses con dificultades psicomotrices derivadas de haber pasado gran parte de sus primeros meses en carritos o hamaquitas. Pero, tranquilidad, eso no significa que el problema vaya a durar siempre.
“Los niños tienen muchos recursos, son inteligentes, capaces de adaptarse y resolver situaciones”, afirma Teresa Godall, doctora en Pedagogía y profesora de Desarrollo Psicomotor en la Universidad de Barcelona. Por eso muchos niños que no han gateado no presentan secuelas en su desarrollo. Normalmente se notan diferencias en los dos primeros años, pero hacia los tres años muchos no presentan ninguna diferencia o dificultad. “Si hay algún aprendizaje que no se haya podido dar, se hará después”, punta Godall.

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