Según datos del Instituto Nacional de Estadística, tres de cada diez niños de 10 años ya tienen móvil. Y, con ello, acceso ilimitado a Internet y a redes sociales. Los expertos recomiendan dilatar al máximo la edad de posesión del móvil, no antes de los 12, y establecer normas referentes a espacio, tiempo y usos del teléfono.
El 36% de los padres españoles no tienen ningún control sobre cómo utilizan Internet sus hijos (según la empresa Prot-on, de protección online). Si encima le damos un dispositivo para que navegue desde cualquier lugar, el riesgo se dispara.
En 2009, se realizó el estudio “Seguridad infantil y costumbres de los menores con la telefonía móvil” y, entre sus conclusiones, encontramos que, por ejemplo, el 38% de los menores afirmaban sentirse mal cuando se les veía obligado a prescindir de su teléfono. El 18% se había sentido acosado a través del móvil y un 7% había chateado con desconocidos.
Los expertos ya hablan de “ nomofobia infantil” o la adicción a al móvil entre los más pequeños. Como las normas de sociabilidad han cambiado, de repente el smartphone se ha convertido en el rey de la pandilla.